Mi conexión con el arte empezó cuando tenía 6 años. A pesar de que era sólo una niña, desde entonces estuve dando clases de pintura y se convirtió en mi gran pasión.

Durante mucho tiempo me alejé de ello por intentar seguir un camino más convencional que no conseguía aportarme toda la felicidad y tranquilidad que me da la pintura.

En 2018 lo retomé, decidí formarme y descubrir, que estilo me servía mejor para expresarme. Ha sido un camino largo porque no es fácil encontrar algo que te identifique.
Hoy en día siento que he encontrado la mejor manera de hacer arte que me represente.
Cada pieza que se encuentra en las colecciones se basa en una idea que finalmente plasmo directamente sobre un lienzo. Parte del encanto de las obras está en la improvisación que va surgiendo durante el proceso creativo, lo que hace que cada cuadro sea único.

Soy Psicóloga de profesión y es por esto que mi objetivo es que mis obras se conviertan en un medio para transmitir. En mi caso, la pintura siempre ha sido mi mejor terapia. Llenándome de calma cuando mas lo he necesitado. No siempre todos entendemos el arte de la misma manera y por lo tanto, las obras no tienen por qué provocarnos las mismas sensaciones.